Todo lo que debes saber sobre la lumbalgia o lumbago

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Seguramente habrás sufrido alguna vez dolor lumbar. En este artículo te daremos algunas pautas que no debes pasar por alto si quieres evitar que el dolor lumbar empeore.

Lumbar Vertebra

 

Fuente: Tolikoff – Dolor lumbar

El dolor lumbar: un problema limitante, que afecta a millones de personas, y que cada vez es más frecuente

El dolor lumbar, lumbalgia o lumbago, es uno de los cuadros dolorosos más frecuentes, ya que afecta a una de cada cuatro personas. Es el problema de salud que más repercute en la calidad de vida de la población en los países desarrollados. Con el envejecimiento de la población, este problema, cada vez más afecta a personas.

Se trata de un problema bastante limitante, pues el dolor lumbar a menudo obliga a suspender las actividades completamente. La lumbalgia es la causa del 25% de las incapacidades laborales temporales.

Cómo saber identificar la lumbalgia

La lumbalgia o dolor lumbar es un dolor localizado en el tramo final de la espalda, en la zona comprendida entre las costillas y el sacro. Suele ser un dolor mas o menos intenso de tipo mecánico (que se modifica con alguna postura o con el movimiento).

El dolor puede ser fijo en la zona lumbar o puede irradiar a las extremidades (denominándose en este caso lumbociatalgia) si existe compresión nerviosa, en estos casos el dolor suele ser mixto, existiendo dolor con los movimientos pero también dolor tipo neuropático con hormigueo, calambres o quemazón en la pierna.

En ocasiones, los problemas de espalda se perciben en otras zonas diferentes, en forma de dolor referido. En problemas de artrosis vertebral lumbar es bastante habitual tener tener dolor lumbar referido a la ingle, al glúteo o la cara externa del muslo, sin que el dolor baje por debajo de la rodilla.

Fuente: Ahn K, Jhun HJ - Pruebas físicas Lumbar

Fuente: Ahn K, Jhun HJ – Pruebas físicas Lumbar

¿Cómo prevenir la lumbalgia crónica?

En la mayoría de los casos, un episodio aislado de dolor lumbar no suele durar mucho tiempo, si no hay una causa que haga que se mantenga, el 50-90% de las lumbalgias inespecíficas mejoran en 1 a 4 semanas.

No obstante en 1 de cada 5 pacientes el dolor lumbago puede volverse crónico o hacerse recurrente, si no se tratan adecuadamente. Aun sin causa aparente, en el 10% de los pacientes persistirá el dolor a los 6 meses, y en un 50% recurrirá́ el dolor en los siguientes 4 años.

La lumbalgia crónica (la que dura más de 3 meses) o recurre, es la principal causa de incapacidad permanente en países desarrollados. Al menos al 30% de las personas que sufren lumbalgia crónica, el dolor les produce depresión.

Para evitar que un dolor lumbago, reaparezca o cronifique, es importante tratarlo de forma correcta y seguir las recomendaciones que verás mas adelante si sigues leyendo.

También es importante tratar de forma precoz el dolor pues cuanto más tiempo se tarda en readaptarse un paciente con dolor lumbar, más probabilidad hay de que la incapacidad y el dolor sea permanente.

Recomendaciones físicas más importante si tienes dolor de espalda

Si tienes un episodio agudo de ciática o lumbago se recomienda como medida inicial un tratamiento médico de 3 semanas combinado con un programa de terapia física y fisioterapia. Algunas de las terapias físicas utilizadas son la aplicación de calor, las corrientes TENS, o la fisioterapia manual.

En esta fase es importante evitar una serie de errores muy comunes que pueden hacer que el dolor de espalda aumente progresivamente.

●     Lógicamente debemos evitar coger peso, y mantener malas posturas, debido a que con eso únicamente conseguiremos que el dolor lumbar aparezca e incluso que aumente.

●     Cuando empieces a hacer deporte no te centres en hacer solamente ejercicio de forma aeróbica debemos introducir en nuestras rutinas una serie de ejercicios que nos ayuden a fortalecer la zona lumbar.

●     Cuida tu alimentación y evita los kilos de más. Intenta mantener un peso acorde a tu altura y constitución. Evita realizar dietas exprés para perder peso, pues perderás más masa muscular que si lo haces de forma progresiva. Además los resultados que ofrecen las «dietas milagro» no suelen mantenerse, por el famoso «efecto rebote».

●    Y muy importante: evita hacer reposo absoluto, hay que impedir que la musculatura se atrofie. No retrases en exceso la vuelta a tu actividad normal.

El reposo absoluto puede entorpecer la recuperación de una lumbalgia

Aunque inicialmente se recomendaba el reposo, si se sufría dolor lumbar, en los últimos años se ha comprobado, que el reposo afecta negativamente al pronóstico del dolor y favorece a tener un dolor de lumbalgia aguda.

Un paciente en reposo, reduce sus actividades diarias y eso tiene dos consecuencias negativas. Por un lado, la persona al estar inactiva se focaliza y se centra más en el dolor y, por otro lado, la inactividad produce atrofia muscular y aumento de peso que favorecen la progresión y la aparición de lesiones a nivel de la columna vertebral. La atrofia de la musculatura accesoria lumbar, en concreto del músculo multífido, se ha asociado de forma bien documentada, con las lesiones de espalda en astronautas, dado que al carecer de la acción de gravedad, la musculatura se atrofia de forma rápida.

Con una musculatura atrófica a consecuencia del reposo es fácil que aparezcan nuevas lesiones sobre un área ya afectada o que avance el daño en los tejidos afectados, lo que aumenta la sensibilización periférica de dichos tejidos, gracias a la liberación de citoquinas pro-inflamatorias que facilitan la transmisión de las señales del dolor al cerebro.

Si tienes dolor de espalda te aconsejo que descargues gratuitamente mi libro electrónico Espalda Sana. En esta guía veras más consejos y programa de ejercicios que te ayudarán a que el dolor de espalda no empeore.

Mantener cierta actividad física, es la mejor forma de prevenir que una lumbalgia empeore o se cronifique. En el seguimiento del paciente, readaptado, se recomienda la realización de programas mixtos de aprendizaje de higiene postural y ejercicio de tonificación suave. No hay evidencia científica para la prevención de la lumbalgia del uso de estrategias para la manipulación vertebral ni las tracciones.

Tratamiento médico de la lumbalgia aguda

Además de la fisioterapia, existen medicamentos que ayudan a controlar el dolor de espalda. En la fase aguda (la que dura menos de 3 meses) se recomienda un tratamiento vía oral para controlar el dolor lumbar.

Los medicamentos que se usan más comúnmente son los antiinflamatorios no esteroideos, los relajantes musculares, los anticonvulsivantes y los analgésicos.

Algo muy importante a tener en cuenta es que no es bueno automedicarse, y es un error que la gente comete muy a menudo. Al automedicarse un paciente puede estar tapando algún síntoma que pueda ser más preocupante. El dolor a veces es una advertencia de que algo no va bien, por eso es mejor que si el dolor es intenso, o dura varios días, acudas al médico. 

Antiinflamatorios.

Los antiinflamatorios pueden ser no esteroideos (AINES) como el Ibuprofeno o naproxeno, o esteroideos (corticoides). El tratamiento antiinflamatorio tiene como objetivo disminuir la inflamación que aparece en la mayoría de los dolores de espalda.

De los dos tipos, inicialmente se emplean los AINES por sus menores efectos secundarios, pero aun así su uso está recomendado solo en las fases de mayor dolor, en las crisis agudas o en las exacerbaciones de los casos crónicos

A no ser que sea una indicación médica es muy importante que no tomes simultáneamente varios antiinflamatorios diferentes o a una dosis más alta que la recomendada, pues se potencian los efectos negativos.

Como regla práctica solo se recomienda tomar de forma ininterrumpida como máximo durante 2-3 semanas. Utilizar anti-inflamatorios de forma prolongada, si bien puede aliviar el dolor de forma temporal, puede enmascarar el problema que causa el dolor.

Además, los efectos secundarios de los antiinflamatorios, entre otros la gastritis, la insuficiencia renal (necesidad de diálisis), la hipertensión, y los accidentes vasculares como el ictus o un infarto de miocardio, hacen que no sean recomendables a largo plazo.

Corticoides.

En algunos casos puede usarse un tratamiento breve con corticoides orales, aunque su uso está aún más limitado que los AINES porque los corticoides tienen importantes efectos secundarios cuando se toman vía oral.

Los efectos secundarios de los corticoides, además de los citados para los AINES son la ansiedad, los trastornos hormonales y la afectación de mineralización ósea a largo plazo

Como veremos, si el dolor no cede con los antiinflamatorios normales en un plazo razonable, antes de tomar corticoides por la boca sería preferible administrarlos en el foco del dolor con una infiltración. Pues de esta forma son más eficaces y duraderos, y tienen menos efectos secundarios.

Relajantes musculares.

Son medicamentos de familias medicamentosas diversas con efectos sobre el sistema nervioso y el músculo esquelético. El más típico es el diacepam, una benzodiacepina.

El objetivo del tratamiento con relajantes musculares es disminuir los espasmos musculares y permitir el descanso. Están espacialmente indicados en casos de dolor lumbar agudo (lumbalgia), aunque a veces pueden usarse también en casos de ciática.

No es aconsejable prolongar este tratamiento más de dos-tres semanas, ya que los relajantes musculares crean fácilmente dependencia por parte del paciente. Sin embargo, si son recomendables en las fases de mayor dolor, en las crisis agudas o en las exacerbaciones de los casos crónicos,

Los efectos secundarios más habituales de estos fármacos son la somnolencia y el mareo. Estos medicamentos no son recomendables para las personas con una actividad laboral que exija concentración.

Además es importante que tengas en cuenta que alguno de estos medicamentos pueden tardar varios días en eliminarse del organismo.

Opioides menores, antidepresivos y anticonvulsivantes.

Los opioides menores como el tramadol, los antidepresivos como la duloxetina y los anticonvulsivantes como la pregabalina se recomiendan si hay síntomas neuropáticos (quemazón, calambres…), o en casos crónicos en los que el dolor no se controle con el resto de medicación.

Los anticonvulsivantes y antidepresivos se usan sobre todo en casos de ciática. En cambio los analgésicos como el tramadol son más útiles en tratamiento del dolor mecánico, como en el caso del dolor lumbar por artrosis.

Estos medicamentos pueden producir somnolencia, estreñimiento y, rara vez, dependencia. La dependencia no suele ser muy intensa y apenas aparecen síntomas cuando se deja de tomar esta medicación si la reducción se hace de forma progresiva.

Técnicas mínimamente invasivas para el tratamiento del dolor

Cuando el dolor es intenso y la medicación habitual no es suficiente, el tratamiento intervencionista del dolor es un arma muy poderosa que rompe el círculo de dolor-inactividad, y facilita la readaptación temprana del paciente al permitir una adecuación del dolor lo suficientemente efectiva para mantener la actividad física.

Estas técnicas mínimamente invasivas, al tratar el foco del dolor, facilitan la readaptación precoz y que puedas reiniciar las actividades normales antes, lo que ayuda a que el pronóstico de la lesión de espalda sea más favorable y puedas evitar la cirugía.

Este tipo de tratamientos se realizan normalmente por un anestesista de la Unidad del Dolor. Existen muchas técnicas diferentes. Casi siempre se realizan de forma ambulatoria sin necesidad de anestesia general.

Ejemplos de técnicas de tratamiento del dolor lumbar más usadas

Las infiltraciones facetarios son muy útiles para tratar y diagnosticar el origen del dolor lumbar. La radiofrecuencia de los ramos lumbares (rizolisis), se usa en casos donde la infiltración ha sido efectiva pero no ha durado el tiempo suficiente. Te enseñamos más sobre esta técnica en el siguiente artículo.

En casos de haber síntomas de ciática, se aconsejan primero las inyecciones epidurales o trans-foraminales con esteroides, que tiene muy buen resultado a corto plazo y son muy útiles para controlar el dolor y acelerar la recuperación en un episodio de ciática aguda.

Además existen nuevas técnicas como la aplicación intra-discal con ozono o la ablación con laser, donde además de controlar el dolor, podemos corregir sin necesidad de cirugía las hernias discales, para que no vuelva a aparecer.

Existen otras muchas técnicas diferentes, enfocadas a problemas que a veces se confunden con el lumbago o la ciática. Por poner un ejemplo, podemos hacer un bloqueo de la articulación sacroilíaca si la sospecha clínica es de sacroileitis, o podemos hacer un bloqueo del musculo piramidal si sospechamos una contractura crónica en ese musculo.

Es importante individualizar el tratamiento a cada paciente, y tratar la causa del dolor. A veces la posible causa del dolor es múltiple y precisamos de varias técnicas para corregir el problema de forma satisfactoria.

Conclusiones

Ya sea por malas posturas, sobre esfuerzos o el envejecimiento, el dolor lumbar nos afectará a prácticamente todos.

Es importante saber cuales son las medidas más recomendables en las fases iniciales, y con las que en la mayoría de casos el dolor puede controlarse.

Para casos en los que los tratamientos convencionales no resultan suficientes, en la unidad del dolor contamos con técnicas especificas que pueden controlar el dolor de forma rápida y duradera y favorecer la recuperación precoz y mejor pronostico del paciente.

En el siguiente artículo, hablaremos de la radiofrecuencia de los ramos mediales o rizólisis para el tratamiento del lumbago por causa de artrosis en la columna.

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Finalista Doctoralia Awards como especialidad de Anestesiología y Tratamiento del Dolor